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La predicción de tendencias bajistas en el IBEX 35 y los tipos de interés

Resumen comentado del trabajo de investigación “La Estructura Temporal de los Tipos de Interés como predictor de los rendimientos bursátiles: Evidencia para el IBEX 35 durante un mercado bajista”.
[Adrian Fernandez-Perez, Fernando Fernández-Rodríguez y Simón Sosvilla-Rivero (Junio 2013) / 21/06/2013]

Los resultados de este trabajo confirman que la pendiente de la Estructura Temporal de los Tipos de Interés (ETTI) de la Deuda Pública española es el mejor predictor de las tendencias bajistas en el Índice IBEX 35 al horizonte de un mes sobre un periodo de predicción que abarca entre febrero de 2003 y diciembre de 2009 (incorporando, por tanto la recesión en curso). Además, esta predicción puede ser mejorada si se combina la pendiente de la ETTI de España con la pendiente de la ETTI de Estados Unidos, y principalmente, la pendiente de la ETTI de Europa. Este resultado confirma la intuición de que la creciente internacionalización de las empresas españolas implica que para predecir las tendencias en el Índice IBEX 35, sea relevante tanto la información económica nacional como la de mercados exteriores. Ofrecemos a continuación el resumen no técnico y comentado del trabajo que ha sido  realizado por sus autores Adrian Fernández-Pérez (adrian.fernandez102@alu.ulpgc.es) y Fernando Fernández-Rodríguez (ffernandez@dmc.ulpgc.es) de la Facultad de CC. Económicas y Empresariales de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria, así como Simón Sosvilla-Rivero (sosvilla@ccee.ucm.es) de la Facultad de CC. Económicas y Empresariales de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

 

Antecedentes académicos y objeto del trabajo

La literatura académica y empírica ha demostrado que la pendiente de la Estructura Temporal de los Tipos de Interés (ETTI) de la Deuda Pública o soberana de un país, definida como la diferencia entre un tipo de interés de largo vencimiento (a diez años, por ejemplo) menos un tipo de interés de corto vencimiento (a tres meses), incorpora una información relevante tanto sobre los ciclos futuros en esa economía (véase, por ejemplo, Harvey, 1988; Stock y Watson, 1989; Estrella y Hardouvelis, 1991; Estrella y Mishkin, 1996; Estrella y Mishkin, 1998, entre otros), como los rendimientos futuros en los mercados de acciones de ese país (véanse Fama y French, 1989; Boudoukh et al., 1993; Ostdiek, 1998; y Resnick y Shoesmith, 2002, entre otros).

En cuanto a los ciclos económicos futuros, se considera que una ETTI invertida anticipa recesiones, mientras que una ETTI con mucha inclinación positiva predice expansiones económicas. La intuición de estos hechos es clara: si los inversores esperan una recesión el próximo año, al ser adversos al riesgo, están dispuestos a renunciar a una parte de sus ganancias en periodos de expansión económica para protegerse contra ganancias más reducidas durante la fase bajista del ciclo. Por tanto tendrán incentivos para practicar estrategias de cobertura, desplazando sus inversiones de los depósitos a corto plazo a los depósitos a largo plazo. Esta reasignación del capital desde el corto plazo hacia el largo plazo hará descender los precios de los bonos a corto plazo (aumentando su rentabilidad), y hará subir los precios de los bonos a largo plazo (disminuyendo su rentabilidad). Esta dinámica en la inversión implica un movimiento desde una ETTI plana hacia una con pendiente negativa. En consecuencia, la demanda de cobertura que acabamos de esbozar determinará la proximidad de movimientos entre la ETTI y el ciclo económico, siendo la demanda de cobertura determinada por la aversión promedio al riesgo en la economía.

Por otra parte, existe una amplia evidencia empírica que documenta la relación existente entre la pendiente de la ETTI y los mercados bursátiles, usándose ambos como indicadores adelantados de los ciclos económicos. Fama y French (1989), por ejemplo, encuentran una relación positiva entre la pendiente de la ETTI de Estados Unidos y las acciones bursátiles estadounidenses, siendo aquélla una variable representativa (proxy) de las sorpresas o shocks en los tipos de descuento, implícitos en la valoración de las acciones. De forma similar, Boudoukh et al. (1993) y Ostdiek (1998) detectan que las primas de riesgo de las acciones de Estados Unidos y una cartera global de acciones suelen ser negativas en periodos precedidos por una ETTI con pendiente negativa. Por su parte, Resnick y Shoesmith (2002), estudiando la probabilidad de las tendencias bajistas (bear market) a través de un modelo Probit[1], en lugar de predecir los futuros rendimientos bursátiles, encuentran que la pendiente de la ETTI tiene una gran habilidad predictiva sobre las tendencias bajistas en el Índice  Standard & Poors 500 de la Bolsa de Nueva York dentro de varios periodos[2]. Aunque la literatura al respecto para otros países es escasa, ésta revela una relación similar entre la pendiente de la ETTI y los mercados bursátiles (Asprem, 1989; y McCrown, 2001).

Demostrada la habilidad predictiva de la pendiente de la ETTI, la literatura reciente va más allá, encontrando que no sólo la pendiente de la ETTI, sino los diferentes componentes de la misma (reflejando el nivel, la pendiente y la curvatura de la ETTI) incorporan una información relevante sobre los movimientos futuros de los principales agregados macroeconómicos (véanse Ang et al., 2006; Diebold et al., 2006; Ferreira et al., 2008; y Moench, 2012, entre otros).

Metodología y aplicación al caso del IBEX 35

En nuestro trabajo, extendemos el análisis de Resnick y Shoesmith (2002) sobre el Índice IBEX 35[3]. Para ello, utilizamos todos los componentes de la ETTI de la Deuda Pública española, además de una serie de variables financieras, macroeconómicas e indicadores económicos adelantados, comúnmente empleados en el análisis de la actividad económica actual y futura[4], prestando especial atención al comportamiento en la fase bajista del ciclo económico[5].

En las décadas recientes, la economía española ha registrado un crecimiento continuo y estable en los flujos financieros desde y hacia el resto del Mundo, aunque con especial profusión en los mercados de la Unión Europea. Este esfuerzo hecho por muchas instituciones financieras españolas, principalmente bancos e inversores institucionales, para avanzar en su expansión internacional ha sido esencial para mitigar los efectos internos de la severa recesión económica que está experimentando la economía española. En efecto, en 2008 las cotizadas españolas ganaron el 5% menos que un año antes, un diferencial que en 2009 se amplió al 21 %. En 2010 la tendencia pareció invertirse y el beneficio anual mejoró un 23% (superando los 51.000 millones de euros), pero en 2011 la caída del beneficio superó el 30%, en tanto que en 2012, el descenso en beneficio fue de tal magnitud que dejó pequeño el retroceso en la capitalización bursátil (que alcanzó el 4,66%). Estos desarrollos reflejan un progresivo desmantelamiento del control de los flujos financieros transfronterizos, además de una liberalización de los mercados financieros nacionales en general. Como consecuencia, es posible que tanto la volatilidad como las tendencias registradas en el mercado de acciones español sean sensibles, no sólo a las noticias generadas dentro del territorio nacional, sino que muestren también una alta exposición a los acontecimientos generados en los mercados exteriores. Para tal fin, hemos incorporado en el análisis de las tendencias bajistas en el IBEX 35 la información económica de los socios más importantes para la economía española, es decir, Estados Unidos y Europa, reflejada ésta a través de los componentes de la ETTI de dichas economías. Al combinar los componentes de la ETTI de España, con los propios de Estados Unidos y Europa, detectamos que en efecto ambas incorporan una información relevante a la hora de explicar las tendencias futuras en el IBEX 35, información que no se encuentra implícita en la ETTI española.

Finalmente, para abordar la posible situación en la que una combinación de variables financieras, macroeconómicas e indicadores económicos adelantados sea capaz de mejorar la predicción de las tendencias en el IBEX 35 hecha por cualquier modelo que combine los componentes de la ETTI de España, Estados Unidos y Europa, hacemos uso de un algoritmo guiado exclusivamente por los datos, llamado GASIC (Acosta-González y Fernández-Rodríguez, 2007), para seleccionar el modelo Probit óptimo que explique la evolución de los datos entre febrero de 1991 y enero de 2003. Este modelo Probit óptimo constituye nuestro modelo de referencia (benchmark).

Los resultados

Nuestros resultados confirman que la pendiente de la ETTI de la Deuda Pública española es el mejor predictor de las tendencias bajistas en el Índice IBEX 35 al horizonte de un mes sobre nuestro periodo de predicción que abarca entre febrero de 2003 y diciembre de 2009 (incorporando, por tanto la recesión en curso). Sin embargo, esta predicción puede ser mejorada si combinamos la pendiente de la ETTI de España con la pendiente de la ETTI de Estados Unidos, y principalmente, la pendiente de la ETTI de Europa. Este resultado confirma nuestra previa intuición de que la creciente internacionalización de las empresas españolas implica que para predecir las tendencias en el Índice IBEX 35, sea relevante tanto la información económica nacional (incorporada en la pendiente de la ETTI de España) como la información económica de mercados exteriores (incorporada en la pendiente de la ETTI de Estados Unidos, y principalmente, la Unión Europea).  

Como refuerzo adicional a esta hipótesis, hemos evaluado sus consecuencias económicas mediante la aplicación de una sencilla estrategia de negociación en la que invertimos en el Índice IBEX 35 si la probabilidad predicha de una tendencia bajista dentro de un mes es inferior a un determinado umbral; o, alternativamente, invertimos en el activo libre de riesgo (Letras del Tesoro de España a tres meses), si dicha probabilidad predicha es superior al umbral.[6] Los resultados de estas estrategias vuelven a confirmar que los modelos Probit que combinan la pendiente de la ETTI de España con las pendientes de Estados Unidos y de Europa obtienen las mayores rentabilidades promedio netas, 15.37% anual en nuestro periodo de predicción, y mejores ratios de Sharpe[7] (un 0,3616 en promedio), mientras que la estrategia alternativa de “comprar y mantener” (consistente con la hipótesis de mercados eficientes[8]) obtiene una rentabilidad anual neta del 8.12% y una ratio de Sharpe de 0.1321 (es decir, una rentabilidad menor, tanto en nivel como en relación a un mismo nivel de riesgo, respectivamente).

Puedes obtener el trabajo de investigación completo aquí.



[1] En un modelo Probit la variable a explicar es discreta (es decir, puede tomar valores como "no" o "sí", que pueden ser codificados como "0" ó "1"), permitiendo construir relaciones funcionales que enlacen el resultado de esta variable con un conjunto de factores explicativos a través de su aporte en la probabilidad de la realización del fenómeno objeto de estudio.

[2] El Índice Standard & Poors 500 es uno de los índices bursátiles más importantes de Estados Unidos, considerándose el índice más representativo de la situación real del mercado de valores estadounidense.

[3] El índice IBEX 35 es el principal índice de referencia de la bolsa española. Se trata de un índice ponderado por capitalización bursátil elaborado por Bolsas y Mercados Españoles (BME), estando formado por las 35 empresas con más liquidez que cotizan en el Sistema de Interconexión Bursátil Electrónico en las cuatro Bolsas Españolas (Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia).

[4] Véase Fernández-Pérez, et. al. (2013) para una descripción más detallada de la metodología empleada y de los resultados obtenidos.

[5] Para definir las tendencias bajistas en el IBEX 35, en lugar de extraer la tendencia para separar el componente cíclico como haría el filtro lineal de Hodrick y Prescott (1997), examinamos directamente la evolución de la serie identificando las distintas fases del ciclo de acuerdo con un conjunto de requisitos a través del algoritmo no-paramétrico propuesto por  Bry y Boschan (1971). Este algoritmo se basa en la identificación de los máximos y mínimos que presenta la variable de estudio a lo largo de cierto período de tiempo, en función de determinadas condiciones impuestas por el algoritmo, por lo que el uso de esta técnica presenta las ventajas de que la determinación del ciclo no depende de la inclusión de nuevos datos y de ser fácilmente replicable.

[6] Replicamos esta estrategia de Resnick y Shoesmith (2002) con unos umbrales del 30%, 40% y 50%, y aplicamos unos costes de transacción del 0.20% en cada cambio de posición donde las posiciones son tomadas cada mes en base a las predicciones realizadas al mes siguiente.

[7] La Ratio de Sharpe es una medida del exceso de rendimiento por unidad de riesgo de una inversión, que se utiliza para evaluar  hasta qué punto el rendimiento de una inversión compensa al inversor por asumir el riesgo de dicha inversión.

[8] La hipótesis de mercados eficientes establece que los precios (en nuestro caso las acciones del IBEX 35) siguen un paseo aleatorio, por lo que los movimientos pasados de los precios no contiene información útil que permita al inversor tener obtener ningún rendimiento en la gestión activa de una cartera de valores, debiendo contentarse con una estrategia en la que simplemente se compren y mantengan los títulos.

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