Crónica Actividad

Foro Medcap 2021. Que comience la recuperación: España mira hacia el futuro

[06/06/2021]

Entre el 25 y el 27 de mayo se celebró el encuentro anual Foro Medcap de BME con la participación de más de 100 empresas y 250 inversores institucionales, de los cuales el 50 % fueron internacionales. Además de ser un gran foro de debate, el Foro Medcap está considerado en gran medida como un punto de encuentro de primer nivel, en el que BME organiza más de 1.200 reuniones privadas entre empresas e inversores. 

 La COVID-19 ha generado una conmoción sin precedentes en los mercados de capitales de renta variable y de deuda en todo el mundo, incluida España. A pesar de todos los desafíos que la pandemia ha causado, empiezan a aparecer los primeros brotes verdes de recuperación en el mercado interno. En el Foro Medcap del mes pasado, varios líderes empresariales compartieron sus puntos de vista  sobre algunas de las principales tendencias que se están configurando actualmente en los mercados de capitales españoles

Recuperándose desde el valle

Tras registrar una contracción económica récord del 10,8 % en 2020, el Gobierno español proyecta que el PIB (producto interior bruto) crezca un 6,5 % en 2021, por debajo de las estimaciones anteriores que situaban este crecimiento entre el 7,2 % y el 9,8 %. Más allá de 2021, el Gobierno calcula que el crecimiento del PIB alcance el 7 % en 2022, impulsado por el aumento de las tasas de vacunación, antes de desacelerarse al 3,5 % en 2023.[1] La pandemia continúa, pero ya empiezan a recuperarse las principales industrias nacionales, incluido el turismo, que representa el 12,4 % del PIB de España y emplea al 13,5 % de su población activa. Victor Marti Gilabert, CEO de Atom Hotels, declaró que, después de un período prolongado de malas noticias, las reservas turísticas están volviendo a alcanzar los niveles anteriores a la pandemia. Por otra parte, los participantes en el Foro Medcap afirmaron que la reacción de la UE ante la pandemia, es decir, la financiación de emergencia de 1,8 billones de euros para ayudar a reconstruir las economías de los Estados miembros, fue rápida y decisiva, al menos en relación con la respuesta del bloque a la crisis de la deuda soberana en 2008-2012. De este paquete de rescate total, España recibirá unos 140.000 millones de euros en fondos de la UE. Estos fondos serán vitales para garantizar la recuperación de la UE y su capacidad de recuperación en el futuro. «Hace quince años, el mundo, España incluida, atravesó una enorme crisis, de las que, en teoría, no vemos más que una o dos veces en la vida. Recientemente hemos atravesado una crisis similar, pero la respuesta de la UE ha sido muy diferente en esta ocasión», señaló Gonzalo García Andrés, secretario de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa.

Desde la crisis financiera de 2008, los tipos de interés en toda la eurozona han estado en mínimos históricos y la mayoría de los expertos del Foro Medcap anticipan que esta tendencia persistirá durante algún tiempo. Santiago Carbó, director de Estudios Financieros de Funcas, coincidió en que es poco probable que aumenten los tipos en la eurozona. Sin embargo, advirtió que si los tipos de interés suben, también lo hará el número de empresas morosas. Añadió que tal escenario también podría hacer mucho más difícil para las empresas obtener financiación. Carbó también dijo que los tipos de interés bajos y negativos han ahogado los rendimientos de la renta fija, lo que está provocando una disfunción en el mercado, evidenciada por el aumento de las inversiones en activos especulativos como las criptomonedas. Carbó argumentó que la inflación es un riesgo para Estados Unidos y un puñado de mercados europeos, antes de añadir que solo sería un fenómeno temporal alimentado por la demanda contenida de los consumidores.

Mercados frente a financiación privada: llevar a las empresas al siguiente nivel

Hoy en día, las empresas de éxito se enfrentan al dilema de seguir siendo privadas durante más tiempo o salir a bolsa. Varias organizaciones están optando por lo primero, ya que los bajos tipos de interés vigentes hacen que los costes de los préstamos sean bajos. También hay cantidades récord de dinero en efectivo no gastado, en el sector de los fondos de capital privado, que necesita ser distribuido. Susana Álvarez, profesora titular de Economía Financiera de la Universidad de Oviedo, dijo que la salida a bolsa genera costes añadidos para las empresas, ya que las somete a mayores requisitos de presentación de informes.  Sin embargo, la decisión de cotizar en bolsa tiene muchas ventajas. «Si bien es cierto que el endeudamiento es muy atractivo hoy en día, muchas empresas están adoptando un enfoque a largo plazo para sus estructuras de financiación. Ante el creciente riesgo de inflación y subida de los tipos de interés, el mercado de valores es una opción atractiva», señaló Jos Dijsselhof, CEO del Grupo SIX y presidente de BME. Continuó diciendo que cotizar en bolsas reguladas como SIX y BME supone que las empresas estén sujetas a sólidas normas de contabilidad, gobernanza y divulgación, lo que las hace más atractivas para los inversores.

Al recaudar dinero a través de los mercados, las empresas pueden beneficiarse de una mayor liquidez y así invertir más en sus negocios y financiar la expansión, una afirmación que compartieron varios de los participantes. Ibon Naberan, director general y director financiero de All Iron Socimi, apuntó que las obligaciones de transparencia y rendición de cuentas impuestas a las empresas que cotizan en bolsa facilitan que las compañías se ganen la confianza de los inversores. Las empresas que cotizan en bolsa también pueden obtener condiciones de préstamo más favorables de los bancos, lo que les permite de nuevo invertir más en sus negocios. «La visibilidad de cotizar en bolsa significa que los bancos están más dispuestos a prestar dinero a tipos favorables, reduciendo así el coste de la deuda financiera», afirmó Manuel de Luna, subdirector financiero de Ebro Foods. Además, las empresas que cotizan en bolsa tienen una ventaja desde el punto de vista de la diversificación, ya que tienen una base más amplia de inversores. «Algunas empresas privadas solo tienen un accionista, lo que supone un riesgo en caso de que ese accionista se deshaga de sus participaciones o las reduzca. Esto impediría el crecimiento de la empresa.  Las empresas cotizadas tienen una base de accionistas más amplia, por lo que les resulta más fácil financiar sus planes futuros y ser más ágiles», dijo Naberan. La cantidad de salidas a bolsa en Europa en lo que va de año ha sido boyante. Según PwC, las emisiones de OPVs europeas en el primer trimestre de 2021 ya han superado el total del año pasado, con 86 salidas a bolsa que han recaudado 26.200 millones de euros, frente a los 20.300 millones de euros acumulados durante todo el año 2020.[2] 

Las pymes buscan financiación en fuentes alternativas

En comparación con América del Norte, las pymes europeas son menos propensas a recurrir a los mercados de capitales y prefieren obtener su financiación de los bancos tradicionales. Así, por ejemplo, en EE. UU. la financiación de fuentes distintas a los bancos representa el 73 % de la financiación de las empresas, pero en Europa solo alcanza el 24 %. Sin embargo, las pymes están buscando cada vez más financiación en los mercados de capitales alternativos debido a que la COVID-19 está dificultando a algunas pymes la obtención de financiación bancaria. Por ejemplo, instituciones como el mercado BME Growth están ayudando a las pymes españolas (y de otros países europeos) a acceder a la financiación para hacer crecer sus negocios, una medida que podría allanar el camino para que estas entidades coticen en el mercado principal algún día. 

BME también permite a las pymes obtener financiación de deuda a través del Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF). Una de las principales ventajas del MARF es que es un centro de cotización rentable para los emisores, lo que ha contribuido a aumentar su atractivo entre las pymes europeas. La flexibilidad del MARF es un ingrediente vital de su gran éxito, según reconoció Antonio García-Zarandieta, director financiero de CAF. «El MARF ofrece un punto de entrada a las pymes que buscan acceder a los mercados de capitales. Cien empresas han emitido deuda en el MARF desde que se puso en marcha en 2013. El tamaño de estas empresas es muy variado, ya que algunas facturan alrededor de 30 millones de euros, mientras que otras superan los cientos de millones de euros», señaló Gonzalo Gómez Retuerto, director general de BME Renta Fija y MARF.  A pesar de que la COVID-19 causó una parada temporal en las emisiones entre marzo y abril de 2020, la actividad se recuperó rápidamente, con emisiones por un total de 9.600 millones de euros el año pasado, lo que supone solamente un descenso moderado del 7 % respecto a 2019. A finales de 2020, la suma total pendiente de pago del MARF ascendía a 5.300 millones de euros, un 3,8 % más en comparación con 2019.

Las pymes en Europa también están atrayendo una mayor financiación de capital de las empresas de inversión, incluido el capital de riesgo y el capital privado. Carlos Conti, socio general de Inveready, indicó que varias pymes están obteniendo financiación en forma de bonos convertibles, un tipo de instrumento financiero híbrido que permite a los inversores convertir sus participaciones de deuda en capital. Este capital en fase inicial permite a las pymes hacer crecer sus negocios, por ejemplo, mediante fusiones y adquisiciones, antes de que (con suerte) salgan a la bolsa. Sin embargo, las pymes tienen que demostrar su valor si quieren atraer fondos. «Las empresas deben demostrar que tienen una trayectoria y experiencia sólidas. Deben acreditar que han aportado valor con los fondos recaudados anteriormente y que pueden generar ingresos recurrentes. Del mismo modo, las empresas deben mostrar su capacidad de I+D y su habilidad para escalar», afirmó Hernán Scapusio, CEO de Agile Content. Sin embargo, las iniciativas de la UE —tales como la UMC (Unión de Mercados de Capitales)— destinadas a facilitar a las pymes la obtención de fondos transfronterizos han dado hasta ahora resultados dispares. Dijsselhof precisó que la razón de ser de la UMC es sólida, pero admitió que la falta de armonización de la UE significa que todavía esta muy lejos de alcanzar sus objetivos.

La recuperación verde se impone

Según manifestó Javier Hernani, CEO de BME, una mayor atención de las empresas a la sostenibilidad va a ser fundamental para facilitar una renovación en toda la UE. La decisión de las empresas (en general) de adoptar principios medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) es también una tendencia que se ha acelerado con la crisis de la COVID-19, según Juan López-Belmonte, CEO de Laboratorios Rovi. Esto se debe a que los reguladores, los Gobiernos, las agencias de calificación y los inversores están cada vez más atentos a las cuestiones ESG, lo que ha obligado a las empresas que cotizan en bolsa a tomarse el asunto más en serio. En particular, la normativa ESG en la UE —como el Reglamento sobre la divulgación de información relativa a la sostenibilidad en el sector de los servicios financieros (SFDR)— obligará a los inversores institucionales a revelar cómo se incorporan los factores de sostenibilidad en la toma de decisiones sobre su cartera. Es probable que esto haga que un mayor número de inversores ejerzan una mayor presión en materia de ESG sobre las empresas de sus carteras. Lola Solana, responsable de fondos de renta variable de pequeña capitalización y ESG del Santander, comentó que, aunque la rentabilidad sigue siendo el principio central que sustenta la toma de decisiones de inversión, los factores no financieros, como los criterios ESG, ahora también son importantes. De hecho, algunas instituciones destacadas, como el fondo soberano de Noruega, están retirando activamente inversiones en empresas no sostenibles, ya que consideran que estos negocios suponen un riesgo de inversión a largo plazo.

No obstante, la inversión ESG no es una cuestión binaria, según señaló Karoline Rosenberg, gestora de fondos de Fidelity. Rosenberg continuó diciendo que es importante que las instituciones sigan invirtiendo en sectores que por el momento pueden no considerarse del todo sostenibles, pero que necesitan financiación para ser más ecológicos en el futuro. Esta financiación, añadió, está ayudando a sectores que antes eran contaminantes, como la industria del automóvil, a ser más ecológicos mediante el desarrollo de vehículos eléctricos. Sin embargo, la inversión ESG puede ser un desafío. Iker Barrón, CEO de Portocolom, declaró que la falta de estandarización de los datos ESG sigue siendo un problema. En muchos casos, las empresas no adoptan un enfoque armonizado al informar sobre ESG a los inversores o a las agencias de calificación. Esta circunstancia se ve agravada por el hecho de que hay una serie de normas industriales de ESG que compiten entre sí, todas ellas con sus propias características y divergencias. Además, muchas agencias de calificación, que proporcionan puntuaciones ESG sobre las empresas y luego comparten esta información con los inversores subyacentes, utilizan diferentes metodologías a la hora de determinar las calificaciones ESG. Una vez más, esto no hace más que complicar el proceso de inversión ESG, ya que algunas agencias llegarán a conclusiones diferentes o proporcionarán calificaciones contradictorias sobre las mismas empresas. La UE espera resolver estos problemas con la introducción del Reglamento sobre Taxonomía, conforme al cual se creará un marco que defina qué actividades económicas son sostenibles. Esta medida podría aportar claridad a los inversores en ESG.

¿Está a punto de estallar una burbuja verde?

Con el gran énfasis que se está poniendo hoy en día en los aspectos medioambientales, sociales y de gobernanza, junto con el impulso generalizado para alcanzar el nivel cero de emisiones netas, las valoraciones de las empresas sostenibles se han disparado, lo cual alimenta la preocupación por una posible burbuja verde o sostenible. Según datos de Bloomberg, el índice S&P Global Clean Energy — índice de referencia que sigue los precios de las acciones de 30 empresas — ha duplicado su valor en el último año, lo que le da una valoración que equivale a x41 de los beneficios previstos de sus empresas.[3] José Núñez, director financiero de Soltec, subrayó que, aunque la competencia esta muy saturada en algunos mercados, la transición hacia las energías renovables no es un fenómeno temporal, sino un cambio permanente. Añadió que es esencial que las empresas de energías renovables estén debidamente diversificadas si quieren aumentar su cuota de mercado global.

Nos movemos hacia el año 2022

Los últimos 18 meses han sido extraordinariamente difíciles, pero los mercados de capitales empiezan a dar señales de vida una vez más. Se puede decir que las empresas tienen dificultades para elegir de dónde obtener financiación. En el caso de las pymes, muchas están apostando ahora por vías alternativas como el mercado BME Growth y el MARF. Sin embargo, es evidente que cualquier recuperación tendrá que centrarse en los principios de sostenibilidad. 



[1] Reuters (9 de abril de 2021): España recorta su previsión de crecimiento al 6,5% tras la contracción del primer trimestre

[2] PwC – IPO Watch – Europa 2020

[3] Financial Times (9 de febrero de 2021) Green bubble warning as money pours into renewable stocks (Advertencia de burbuja verde mientras el dinero se vuelca en los valores renovables)

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