¿Qué es un ETF?
Un ETF (Exchange Traded Fund) es un tipo especial de fondo de inversión que puede negociarse en bolsa del mismo modo que una acción. Imagina que no quieres invertir en una sola empresa, sino en muchas compañías y sectores distintos. Eso es exactamente lo que permite un ETF: agrupa numerosos valores individuales – por ejemplo, acciones de diferentes empresas o bonos de varios países – en una sola “cesta”. Al invertir en un ETF, adquieres participaciones de esa cesta y te beneficias de una amplia diversificación del riesgo.
¿Cómo funcionan los ETFs?
La mayoría de los ETFs replican un índice de referencia, como el IBEX 35. Si el índice sube, el valor del ETF también aumenta; si el índice baja, el valor del ETF se reduce en la misma medida. Por ejemplo, el IBEX 35 incluye grandes empresas con diferentes ponderaciones según su tamaño. Un ETF replica este índice manteniendo los mismos valores en las mismas proporciones, de modo que su rendimiento sigue de cerca al del propio índice. A medida que ha crecido el número de índices disponibles, también lo ha hecho la variedad de ETFs en el mercado.
Liquidez: los ETFs ofrecen una alta liquidez gracias a intermediarios especializados, conocidos como market makers, que se comprometen a ofrecer precios de compra y venta durante toda la sesión. El diferencial entre esos precios, así como el volumen negociado, debe cumplir estándares supervisados por la bolsa.
La ventaja es que, en lugar de comprar acciones individuales, con una sola participación de un ETF puedes replicar el comportamiento del mercado bursátil español.
¿Cuáles son las principales ventajas de los ETFs?
Los ETFs combinan características que los hacen accesibles, transparentes y flexibles para una amplia gama de inversores:
- Accesibilidad: se compran y venden a través de los intermediarios financieros habituales durante el horario de mercado, ya que cotizan en la Bolsa española, con especialistas que proporcionan órdenes de compra y venta continuas.
- Transparencia: su composición es siempre pública, con precios, volúmenes y valores liquidativos diarios disponibles en tiempo real.
- Diversificación: con una sola participación, un inversor obtiene exposición a una amplia cartera, repartiendo el riesgo entre muchos valores. Una única operación permite acceder a un conjunto de valores de un índice, sector o clase de activo.
- Eficiencia de costes: su gestión pasiva y el aprovechamiento de economías de escala suelen traducirse en comisiones totales más bajas que las de muchos fondos de gestión activa.
Como todos los fondos de inversión, los ETFs son instituciones de inversión colectiva: instrumentos diversificados, gestionados profesionalmente y sujetos a legislación y supervisión específicas. Una característica esencial es que constituyen patrimonios separados, de modo que el dinero de los inversores está totalmente segregado de los activos de la gestora y, por tanto, bien protegido.
¿Cuántos tipos de ETFs existen?
En términos generales, existen dos grandes tipos: ETFs pasivos y ETFs activos.
- ETFs pasivos: buscan replicar lo más fielmente posible el comportamiento de un índice concreto. Compran todos (o la mayoría) de los valores que forman parte del índice, en las mismas proporciones. Al no requerir una selección manual de valores, sus costes son bajos y su rentabilidad sigue de cerca la del índice.
- ETFs activos: están gestionados por uno o varios gestores de fondos que deciden activamente qué valores comprar o vender, con el objetivo de superar al mercado. Pueden apostar por tendencias prometedoras o evitar determinados riesgos. Suelen tener mayores costes, y existe un debate constante sobre si es posible batir al mercado de forma sostenida a largo plazo.
También hay ETFs de distribución y de acumulación:
- ETFs de distribución: distribuyen periódicamente entre los inversores los ingresos generados – por ejemplo, dividendos o intereses – una o varias veces al año. Estas cantidades se abonan directamente en la cuenta del inversor, que puede utilizarlas o reinvertirlas.
- ETFs de acumulación: reinvierten automáticamente los ingresos dentro del propio fondo, lo que permite aprovechar el efecto del interés compuesto –las rentabilidades se reinvierten y el valor de la inversión crece con mayor rapidez. No se reciben pagos periódicos, pero la inversión puede crecer más a largo plazo.
¿Cómo se compran y venden las participaciones de un ETF?
Las participaciones de los ETFs se negocian igual que las acciones ordinarias. Los inversores pueden comprarlas o venderlas a través de miembros del mercado, como sociedades y agencias de valores o entidades de crédito.
¿A qué clases de activos puede acceder un inversor a través de un ETF?
Los ETFs pueden invertir en distintas clases de activos:
- ETFs de renta variable: invierten en acciones de empresas. Ofrecen oportunidades de crecimiento, aunque con mayor volatilidad. Si las empresas obtienen buenos resultados, los inversores se benefician de la subida de precios y de los dividendos; si no, el valor puede caer.
- ETFs de renta fija: invierten en bonos, tanto públicos como corporativos. Suelen ser menos volátiles que las acciones y ofrecen pagos periódicos de intereses, aunque con rentabilidades más bajas.
- ETFs monetarios: invierten en instrumentos muy seguros y de corto plazo, como depósitos a la vista o a plazo. Sus rendimientos son modestos, pero ofrecen gran estabilidad y son útiles para gestionar liquidez temporalmente.
¿Para quién son adecuados los ETFs?
Los ETFs son adecuados tanto para inversores minoristas como institucionales, gracias a la amplia gama de estrategias que ofrecen. Su versatilidad permite adaptarse a estrategias de corto y largo plazo. Los inversores pueden elegir en función de su tolerancia al riesgo, sus objetivos de rentabilidad o su visión del mercado – por ejemplo, enfoques procíclicos o anticíclicos, o inversiones por regiones, temáticas o sectores.
También pueden combinarse con otros instrumentos, como acciones o fondos activos, para construir una cartera adaptada a objetivos específicos.
¿Cuáles son las tendencias actuales en ETFs?
Los ETFs han ganado popularidad entre los inversores minoristas, en parte por sus bajos costes frente a los fondos tradicionales y por la amplitud de opciones que ofrecen.
Durante los últimos años de política monetaria restrictiva y subidas de tipos de interés, los ETFs de renta fija se han vuelto especialmente atractivos, ya que combinan rentabilidad y liquidez. Más recientemente, los ETFs activos han captado la atención de los inversores minoristas por su transparencia y capacidad de negociación intradía, que permiten tomar decisiones con agilidad.
La publicación abierta de la composición, las comisiones y los indicadores de riesgo ha facilitado la comparación entre productos y ha impulsado la demanda de vehículos de inversión competitivos. Además, el auge de las plataformas digitales ha favorecido la entrada de capital en ETFs mediante fracciones de participaciones y bajas comisiones.
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La diferencia más significativa es que los ETF -se negocian en mercados bursátiles, el Sistema de Interconexión Bursátil en el caso español y el inversor puede comprar y vender en cualquier momento a lo largo de la sesión bursátil mientras que en los fondos de inversión tradicionales se opera una vez al día, al valor liquidativo conocido, al cierre del mercado.
Los ETFs se caracterizan por su transparencia dado que al ser fondos de gestión pasiva la composición de la cartera es conocida en todo momento.
Con un solo ETF se invierte mediante una única transacción en una cartera diversificada de valores, la correspondiente a su índice de referencia.
Los riesgos son los mismos que conlleva la inversión en acciones, aunque se puede considerar que el riesgo es más reducido por la diversificación que se consigue a través de una sola participación.
Para los ETF referenciados a un mismo índice las diferencias radicarán en las especificaciones establecidas por las gestoras de cada fondo en cuanto a comisiones, política de dividendos y ratio de ínidce representado entre otras. Los detalles de cada fondo están recogidos en su folleto de emisión.
El gestor del ETF va recibiendo los dividendos que pagan las empresas que componen la cartera del fondo. Cada ETF establece una política de reparto de dividendos detallada en el folleto de emisión del fondo.
La transparencia es una de las principales características del mercado de ETFs. El inversor puede conocer toda la información relevante del fondo relativa a precios, volúmenes negociados, composición diaria de la cartera del fondo y de la cesta de valores, valor liquidativo diario y valor liquidativo indicativo difundido a lo largo de la sesión. Esta información se difunde a través de la página web y de los demás medios habituales habituales de difusión.
Mientras el valor liquidativo se fija una vez al día, el precio de la participación será el de mercado en cada momento. La evolución de los precios de los valores que componen la cartera del fondo determinará el precio de mercado del fondo y, al cierre de la sesión el valor liquidativo.
La presencia y actuación de los especialistas en este segmento resulta fundamental para fomentar la liquidez de los ETF así como para favorecer su difusión y proceso de formación de precios. Mediante el mantenimiento de una horquilla de precios máxima para un determinado volumen, los especialistas permiten la realización de negociaciones en el mercado secundario a precios en línea con el valor liquidativo indicativo del ETF. Adicionalmente, mediante su actuación en el mercado primario, los especialistas facilitan el que el número de participaciones del ETF disponibles en cada momento en el mercado sea el adecuado.
La unidad mínima de contratación es una participación.
No, pueden existir variaciones . El fondo acumula los dividendos pagados por los valores que componen su cartera, incrementando el valor del mismo frente al índice corresponidente.
Es el valor de cada participación en un momento concreto y varía diariamente en función de la evolución que experimente la cartera del fondo. La gestora determina el valor liquidativo oficial al cierre de la sesión, dividiendo el patrimonio del fondo por el número de participaciones en circulación.
Sí, la operativa es practicamente igual que la establecido para las acciones, por lo que es posible hacer operaciones tanto en el segmento de bloques como en lo referido a operaciones especiales.
Los folletos de emisión se pueden consultar en ésta web (están disponibles en la ficha de cada ETF cotizado) y en la web de la CNMV (www.cnmv.es)
Es importante que el inversor lea el folleto de emisión antes de invertir en un ETF para conocer todos los detalles del fondo.
No. Los ETFs no tienen fecha de vencimiento.
Las ganancias obtenidas al negociar ETFs en la bolsa española tributan como rendimientos del ahorro:
- 19% hasta 6.000 euros
- 21% entre 6.000 y 50.000 euros
- 23% entre 50.000 y 200.000 euros
- 26% entre 200.000 y 300.000 euros
- 30% a partir de 300.000 euros
A diferencia de los fondos de inversión tradicionales, las ganancias obtenidas con ETFs no están sujetas a retención y los traspasos entre ETFs tributan, ya que no se benefician del régimen de diferimiento fiscal aplicable a los fondos tradicionales. Los ETFs no están sujetos al Impuesto sobre Transacciones Financieras (ITF).
Las ganancias o pérdidas patrimoniales se calculan como la diferencia entre el precio de compra y el de venta, y se integran en la base del ahorro o la base general según el periodo de tenencia.