Crónica Actividad

<small>(2/9) <em>Realidad y alternativas para la gestión de la deuda “distressed” española</em></small>

[29/04/2013]
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Actualidad del mercado de activos problemáticos

 

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Caracterización del mercado de deuda distressed antes de la crisis

  2 Actualidad del mercado de activos problemáticos
  3 Consecuencias de la crisis
  4 Legislación en tiempos de crisis
  5 Alternativas para reactivar el mercado
  6 Incentivar la demanda
  7 Reactivar el crédito
  8 Mejorar los cauces de circulación del crédito
  9 Regulación necesaria
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Esta operativa de activos distressed individuales tiene un mercado de Distressed Debt en Europa con suficientes compradores y capital (aunque dependiente de EE.UU), sin embargo no es ésta la estructura de mercado óptima ni necesaria para hacer frente a crisis de tipo macroeconómico como la que vivimos actualmente, debido a las diferencias fundamentales que este tipo de situación presenta y debido a las consecuencias de las medidas políticas y reguladoras aplicadas hasta el momento.  Los parámetros actuales del mercado de Distressed Debt son los siguientes:

  1. El tipo de producto que principalmente está en oferta en la actualidad son las carteras de crédito con problemas de los bancos y cajas, también denominadas carteras NPL (Non-Performing Loans). El tipo de préstamos que generalmente forman parte de las carteras NPL incluye: préstamos hipotecarios, préstamos a pequeñas y medianas empresas (tanto con o sin garantías), préstamos a particulares (con y sin garantías), créditos al consumo en todas sus componentes (p.ej. créditos para compras de coches, créditos para compra de bienes de consumo, créditos de tarjetas, facturas impagadas etc.), y activos físicos (generalmente inmobiliarios) obtenidos por la ejecución judicial contra deudores insolventes, sin embargo, lo que se sigue operando más son en activos individuales que en carteras NPL, por falta de demanda para éstas. 
  2. La operativa de compra/venta y de gestión de carteras NPL es mucho más compleja y costosa que la de compra/venta de activos individuales. El proceso de análisis generalmente requiere de gastos importantes en la contratación de asesores externos para la evaluación de los créditos (al ser el número de casos generalmente de cientos o de miles de créditos dependiendo de la cartera). La documentación de las operaciones es también más complicada, requiriendo en muchos casos la formación de vehículos específicos para la tenencia de la cartera, de estructuración de la misma para su distribución a terceros, y de mecanismos específicos de transmisión de los créditos del comprador al vendedor.  La gestión de las carteras, una vez adquiridas, también requiere de la contratación y seguimiento de empresas de cobranza. 
  3. La compra y gestión de carteras NPL ha sido casi inexistente en Europa y particularmente en España hasta la llegada de esta crisis, con la excepción de Alemania tras su crisis inmobiliaria y en menor medida Italia y Polonia.  Como resultado de esta realidad existen todavía pocos compradores con la experiencia, la estructura, cantidad de capital y con el interés necesario para hacer frente al tsunami de oferta que existe de este tipo de carteras.   Además, en países como España, donde no existió esta operativa en el pasado, no existen las suficientes plataformas de cobranza y gestión de créditos para hacer frente de forma eficiente a la gestión de los créditos en oferta, lo cual genera un desincentivo grande para la entrada de inversores en este mercado, ya que el riesgo de retrasos en la cobranza y el impacto en la rentabilidad de las operaciones puede ser importante.  Es por ello probable que la banca venda sus plataformas de recuperación como incentivo de captación de inversores y de reducción de costes.
  4. La crisis actual y las medidas reguladoras puestas en práctica han afectado de forma negativa a la estructura del mercado tradicional de deuda Distressed, a pesar de la oportunidad única de invertir en Distressed Debt en Europa. La banca de inversión londinense casi ha desaparecido como intermediaria y como inversor del mercado de Distressed Debt, debido a las nuevas regulaciones impuestas a la banca que han generado políticas de reducción de coste, reducción de capital propio aplicado a activos considerados de riesgo y, en algunos casos, debido a la percepción de mala reputación en un momento en que los bancos están en el punto de mira de la opinión pública.  Esta situación tiene un impacto importante ya que ahora tanto los vendedores (banca local) como compradores (fondos distressed) se ven obligados a dedicar mayores recursos en la búsqueda de contrapartidas y esto implica una reducción en el número de operaciones, mayor coste y mayores riesgos en el cierre de las mismas. En el mercado de carteras NPL, el vacío dejado por la banca de inversión como intermediario está siendo reemplazado por auditoras/consultoras especializadas en valoración de carteras, sin embargo éstas no pueden reemplazar la capacidad que tenían los bancos de comprar o participar en las compras junto a los fondos de distressed. Es por ello que, aunque ahora existan muchas más situaciones de distressed, es probable que durante mucho tiempo el número de operaciones sea sensiblemente menor a lo que habría sido en el pasado ya que la demanda no puede encontrar a la oferta, y llevará unos años hasta que se creen el número necesario de intermediarios en deuda distressed.
  5. El tipo de capital necesario para la compra de carteras NPL es de largo plazo (similar en estructura al Private Equity), ya que de media la recuperación de préstamos puede llevar hasta cinco años (o inclusive más en carteras hipotecarias).  

Antes de que comenzase la crisis del 2008 los partícipes en el mercado de carteras NPL europeo eran principalmente bancos con negocios especializados en distressed, varios fondos de distressed norteamericanos y alguna empresa de seguros, todos ellos en general con estructuras multinacionales que les permitía adquirir y aplicar la experiencia y estructuras operativas obtenidas en situaciones similares en otros países a los nuevos mercados en problemas. Una de las muchas consecuencias de la crisis es que se llevó por delante a una gran parte de los partícipes en este mercado (sobre todo los bancarios debido a las nuevas regulaciones bancarias internacionales y a la necesidad de levantar capital), y ha dejado relativamente huérfano a muchos mercados como el español en el momento en que más necesitan la existencia de estos compradores.

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