Amplía tu capital, eleva tu perfil y crece con BME
El mercado de BME es el lugar idóneo para financiar el crecimiento de tu negocio, lanzar nuevos proyectos o desarrollar nuevos productos innovadores. BME lleva casi 200 años ayudando a las empresas españolas a aprovechar las oportunidades del mercado y a reforzar su financiación, su visibilidad y su crecimiento.
El equipo de BME estará a tu lado en cada paso de la Oferta Pública de Venta u OPV, asegurándose de que el proceso sea claro y sencillo y de que aproveches al máximo la salida a Bolsa. Además, con nuestro segmentos de negociación tendrás la posibilidad de entrar en el mercado y negociar con valores españoles.
Desde información y formación para acceder al mercado por primera vez antes de la OPV hasta servicios más específicos después del primer día de negociación, nuestros equipos de originación y relaciones con emisores te acompañarán en este viaje.
Todo ello para permitir que las empresas consigan alcanzar todo su potencial a través de soluciones adaptadas a su tamaño y sus necesidades.
Beneficios de salir a bolsa
En un entorno cada vez más competitivo, lograr un crecimiento constante se ha convertido en uno de los objetivos fundamentales para una empresa. Y hay que financiarlo. Un liderazgo y gestión eficientes pueden requerir recaudar capital, pero también plantean la necesidad de lograr un equilibrio adecuado entre el capital propio y los fondos prestados.
Esto hace que la financiación a través del mercado de BME sea uno de los mejores entornos para captar capital ya que ofrece transparencia, cumplimiento, liquidez y acceso a los inversores. Algo esencial para que las empresas en crecimiento demuestren solidez financiera, credibilidad en el mercado y gestión de riesgos.
Ser una empresa cotizada es señal de solvencia, transparencia y prestigio. Los posibles inversores valoran cada esfuerzo realizado para agilizar y mejorar la profesionalidad de la gestión. Esto crea un incentivo constante para hacer que la empresa sea más competitiva.
Pero no solo los inversores reconocen este prestigio, también los clientes, proveedores y ejecutivos financieros de la empresa. El resultado es una posición más sólida para la empresa y una mejor relación con proveedores, clientes, bancos, etc.
El mercado de acciones aparece todos los días en las noticias. El interés de los analistas profesionales e inversores por obtener información sobre las empresas cotizadas ha elevado el perfil de estas frente a las no cotizadas en los medios de comunicación, especialmente en la prensa económica. Para las empresas de bienes de consumo o de servicios en particular, cotizar ayuda a dar a conocer una marca y mejora la imagen de la empresa.
El mercado de BME permite a los propietarios de una empresa materializar rápidamente el capital invertido en el negocio. Pueden hacerlo por diversos motivos: para obtener fondos para otras inversiones; para diversificar el riesgo o para diversificar hacia otras actividades en sectores con ciclos económicos diferentes
Cualesquiera que sean sus motivos, cotizar en el mercado de BME puede ayudar a sostener las diversas necesidades de sus clientes, incluidas las empresas familiares.
Las acciones de una empresa cotizada tienen un valor de mercado objetivo. El mercado de acciones incorpora de manera sistemática las expectativas de crecimiento y rentabilidad al evaluar las empresas cotizadas, así como otras variables externas. Esta característica distingue los precios de las operaciones bursátiles de los que se pagan por otros métodos. El valor de mercado es una referencia clave para los ejecutivos de la empresa a la hora de tomar decisiones, ya que las acciones son un instrumento de pago de gran liquidez que se puede ofrecer en una transacción financiera, como garantía de préstamos, etc. Además, las empresas pueden optar por reinvertir los beneficios en lugar de pagar dividendos, sin afectar a aquellos accionistas que necesiten liquidez inmediata.
Por último, las empresas cotizadas tienen la ventaja sobre otras empresas de una prima de liquidez en el precio de sus acciones. Los inversores suelen preferir acciones que puedan venderse cuando sea necesario.
Ser una empresa cotizada supone poder acceder a un gran volumen de fondos de inversores. De este modo, las empresas no tienen que ir a buscarlos uno a uno. Es el mercado de acciones el que los acerca a ellos.
En la bolsa de valores podemos encontrar varios tipos de inversores. Cada uno de ellos, con sus distintas formas de operar, busca nuevas empresas para colocar sus fondos. Sin embargo, entrar a cotizar permite que la empresa pueda diseñar con precisión el tipo de accionista que requiere y lograr una base estable de ellos.
Para ser una empresa cotizada es necesario cumplir una serie de requisitos de mantenimiento, fundamentalmente relacionados con la transparencia. Las sociedades anónimas deben mantener permanentemente informados a sus accionistas y potenciales inversores y, para ello, deben contar con los recursos humanos y técnicos necesarios. Sin embargo, lejos de suponer un lastre o un coste, la necesaria profesionalización de la estructura societaria y de los procedimientos internos de las empresas cotizadas potencia la confianza de los inversores y, por tanto, mejora la capacidad de financiación.
Además, las empresas cotizadas están actualmente sometidas al escrutinio de los mercados en cuanto a compromiso con el medio ambiente, actividades socialmente responsables y gobierno corporativo («ESG», por sus siglas en inglés). Hoy en día es fundamental que las empresas se ajusten a las recomendaciones en esta materia, dado que cada vez tienen más peso entre los factores que los inversores, clientes, proveedores y posibles trabajadores tienen en cuenta a la hora de tomar sus decisiones. Las empresas cotizadas son líderes en este ámbito, lo que impulsará su crecimiento en el futuro inmediato.